viernes, 21 de noviembre de 2008

Ojalá...



Ojalá que a este hombre del acordeón que esparce sus notas desencantadas en un rincón de la ciudad,ojalá que a este hombre que conoció mejores tiempos (suponiendo que la palabra "mejor" sea la adecuada),ojalá que a este hombre entre miles de hombres, algún paseante desconocido le deje caer en su caja de cartón un mágico doblón de oro. En cualquier caso, que tenga suerte y pueda dormir sus sueños, los que sean, en el interior del cajero. Que duerma. Que no pase frío.

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