sábado, 19 de diciembre de 2009

A veces creo que sólo existes porque te pienso
Y te pienso para que existas
para devolverme tu piel y tu rostro
para pintar estrellas en mis ojos
y oír tus pasos y reconocer tu voz.

Tu voz, ausente.

Te pienso para retorcer el tiempo
para borrar la escarcha que me dejaste.
Para pronunciar tu nombre,
tu nombre que sabe a brea,
tu nombre que huele a humo.
¿Recuerdas el sabor de las cerezas?
Te pienso por el sabor de las cerezas,
mordiscos rojos y carnales de un tiempo que se heló.

Después, el frío.

A veces creo que sólo existes porque te pienso
y a veces creo que sólo existes sin mí.
Líneas paralelas que trazó el destino.
Burbujas sin sincronía.
Metáforas del desencuentro.

Hojas, hojas caídas.

Nunca te encontré.
Quizás porque tú no existías.
Ni existías ni existes.
O sólo si te pienso.
O sólo sin mí.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Búscame, si me buscas,
al otro lado del espejo.
Búscame en el horizonte de la noche
donde lo real deja de serlo,
donde la luz juega al escondite.

Mira en las palabras difíciles de decir,
en las nubes que oscurecen el brillo,
en las viejas páginas de mis libros.

Búscame en el canto del cárabo.

Registra en el baúl de la memoria,
saca los viejos tesoros,
huele el aroma de los lirios, ya marchitos,
que guardé envueltos en seda.

Búscame en las grietas de las rocas,
en las veredas del sinsentido.
Mira en las encrucijadas,
en las fronteras de la existencia.

Sigue buscando donde ya nada hay,
donde las sombras son la verdad.
Búscame en las grutas de la vida,
en los abismos del recuerdo,
en el letargo del tiempo.

Búscame en la desesperanza,
en los añicos de la risa,
en la soledad del silencio.

Búscame en el jeroglífico en que me convertí.
Piensa, descifra los signos.
Búscame, búscame
y me encontraré.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Goya dijo que el sueño de la razón produce monstruos.
La tuya hace tiempo que se echó a dormir una larga siesta.
Sólo ruegas, ansías, esperas que el despertador suene pronto.
Para ti, que luchas.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Nada tan cierto como tú, amor.
Nada tan cierto como tu saliva
empapando mis labios sedientos.
Nada tan cierto como tus manos,
cálidas yemas posadas en mi vientre,
sólidas garras aferrándose a mis caderas.

Nada tan cierto como tus ojos encendidos
clavados en el brillo de los míos.
Nada tan cierto como tus latidos,
el pulso acelerado de tu roja sangre.
Nada tan cierto como tus palabras,
arrullos de paloma enredados entre sábanas.

Nada tan cierto como mis manos,
alas de mariposa acariciando tu nuca.
Nada tan cierto como mi sonrisa al mirarte.
Nada tan cierto como mi abandono,
esclava de tu deseo.

Nunca nada tan cierto, amor,
como mi pelo alborotado de tanto amar.
Nada tan cierto.

martes, 8 de septiembre de 2009


Viniste conmigo
en cada kilómetro de carretera
árida de esparto.
Visitaste conmigo
las quebradas abruptas
de las minas centenarias.
Viste los faros que guían a los viajeros
coronando cimas de roca.
Sentiste el calor y el agua,
oliste a tierra desierta
y a mar salobre.
Te abrazaste tú también
al olivo milenario
cuyo tronco me atreví a besar.
Descansaste conmigo
en las horas de sol cegador
refugiados en el aire y la penumbra
de una habitación.
Me seguiste.
Probaste mi sequía y mis risas
mis silencios y mis palabras,
mi cuerpo empapado de sudor
o goteante de agua salada.
Me probaste. Me bebiste.
Viniste conmigo en cada kilómetro
de mi corto viaje.

viernes, 3 de julio de 2009



Sin dejar migas de pan tras de mí
me internaré en un bosque negro,
oscuro como la boca de un lobo negro,
reino de la noche
y de sus tinieblas.

Nunca la rastra multicolor de la vida enlatada
encontrará cabida allí.
Nunca las luces refulgentes del neón
-falsos semáforos llamando al goce de lo advenedizo-,
encontrarán allí su entrada.

Una roca excavada
por milenarios vientos,
por torrenciales lluvias,
por golpes de martillos
surgidos de las entrañas terrestres,
me ofrecerá el refugio que busco.

Aullidos de lobo,
aullidos de lobo solitario,
sin manada,
quebrarán los silencios,
el silencio.

Ojos abiertos,
ojos sabios,
ojos sin párpados
del búho de la noche
proyectarán su luz bella y tranquila.
Serán la sábana que me envuelva.

Un viento frío y seco, seco como el desierto,
moverá las frondosas copas de los árboles.
Bailarán para mí
danzas invernales,
danzas de arrumacos fértiles y gloriosos.

El murmullo lejano del agua
llegará hasta mis oídos desatentos,
traerá el maná que todo lo llena,
agua para la sed,
para esa sed de la lengua y de los dientes,
para esa sed del letargo.

Un manto de incontables luces,
arriba,
allá arriba,
culminará el escenario.
Las luces y el negro.
Diamantes engarzados en éter de betún.

Tumbada, las miraré,
trataré de contarlas,
les pondré nombre.
Nombres.
Nombres.
Nombres venidos de aquí y de allá,
nombres de mi memoria licuada.

Las miraré y,
acostada en la tierra,
me abrazaré a ellas.

Hasta la noche siguiente,
por la mañana.

domingo, 21 de junio de 2009



Donde el silencio se hace música,
donde cada amanecer es un aria,
donde no cabe sino un eco goteante.

Donde el recuerdo se hace carne,
donde el sabor es a olivo y a vides,
donde la noche te acuna
- noche que acunas, pon tu mano sobre mi frente-.

Donde el vino te embriaga
disipando fantasmas
y tiñendo de rojo los temores.

Ahí estaré.

Sola, imagino,
como solos somos,
pero te encontraré
y me contarás cuentos que me harán dormir.

domingo, 14 de junio de 2009


Una guirnalda de flores amarillas
ciñe su cabeza
de largo pelo oscuro y ondulado.
Gasas y sedas tiernas y transparentes
envuelven su cuerpo,
mármol tostado,
mármol sin mácula.

Con sus pies descalzos
sube, sinuosa, al otero
donde se alzan las tres columnas de alabastro.
Danza, gira,
ríe hermosa,
ríe como las vírgenes que se saben piel y sangre.

Baja columpiándose de la ladera.
Sus pechos saltan,
inhumanamente tersos.
La juventud, luz desbordando sus ojos.

Un caballo blanco y alado
la espera en la orilla del mar.
Sube a horcajadas
y el caballo tiembla,
se intimida.
Con el roce de sus velos
presiente a la diosa-hembra
que cabalga dominante,
siente el fuego de la hembra-diosa.
Hembra, juventud y mármol.

La vida es brisa, la brisa de ese mar,
el sol meciéndose en el otero,
el aire transparente y mullido,
el cosquilleo en el pecho de la virgen que se reconoce impura.

sábado, 13 de junio de 2009

FRAGMENTOS



Una noche él descubre que ella mira a través de la seda negra. Que mira con los ojos cerrados. Que sin mirada mira. La despierta, le dice que tiene miedo de sus ojos. Ella dice que es de la seda negra de lo que tiene miedo, no de sus ojos. Y que además también tiene miedo de otra cosa. De todo. Quizá de eso.

M. Duras. "Los ojos azules pelo negro"



Qué tonto había sido. Cuantos problemas surgirían en los días, las semanas, los años siguientes. Pero también viví una sensación de ligereza, de optimismo, como si me hubiera quitado de encima un peso mortal. Desde que había alcanzado lo que llaman uso de razón hacía una cosa y pensaba otra porque el peso de las cosas parecía muy superior al de los pensamientos.

John Banville. "El libro de las pruebas"


Mientras comía las tajadas de plátano sentí que regresaban, una a una, mis viejas lealtades a la vida, al mundo depositario de nombres siempre renovados y a tres o cuatro seres cuya voz me alcanzaba por encima del tiempo y de mi incurable transhumancia.

No es todo lo que quería decirle. Ni siquiera he comenzado. Lo cual, desde luego, no importa. Con usted no es necesario decir las cosas porque ya las sabe desde antes, desde siempre.

Alvaro Mutis. "La nieve del almirante"


En el primer bar que encontrara convocaría a mis dioses tutelares, a los ciegos consejeros que sólo se presentan cuando alcanzamos ese estado de gracia que el vodka sabe dar con tan sabia e inexorable fidelidad. Allí estaba la respuesta salvadora, la otra orilla donde se pulen los símbolos y suceden las celebraciones que disuelven toda perplejidad y ahogan toda duda.

Alvaro Mutis. "Ilona llega con la lluvia"


La embarcación hace, para él como para tantos, las veces de útero, y el marinero se enduerme, confiado en que la mañana le traerá la luz radiante del invierno o la larga belleza de los matices del gris nuboso en la mar. Pero ahora, en la cálida oscuridad estremecida de la dársena, separado de la fría lluvia por una sobria seguridad, Thorn ha vuelto a dormirse.

Terminaré mi relato dejando caer que, al abrigo de un pantalán, y con la apacible serenidad del que permanece aislado por deseo propio o por la imposibilidad de cumplir sus deseos de compañía, el marino sueña en la felicidad que se escapó y la transforma en el lejano Himalaya y en sus pétreos mares infinitamente alejados del mar.

Antonio LLamas-Cánaves. "Lluvia en el Tibet" (Relato)

domingo, 31 de mayo de 2009


Veo un cielo limpio
paseando por encima de los picachos.
Los árboles tienen la vida centenaria
de los sabios enraizados en la tierra.
El silencio te habla
si quieres escucharlo,
por entre los troncos y las piedras.
Un aire añejo y transparente
trae los ecos de la vida.

El verde te cubre,
confecciona un traje de hojas
para tu desnudez emocionada.
Los caminos están desiertos,
te esperan los recodos y la tierra virgen.
La genista llena tus ojos
de frutales matices amarillos.

Tus pisadas quedan enterradas para siempre
en el polvo y en la tierra sagrada.
Sagrado es el olor que todo lo envuelve.

Si te dejas,
si te abandonas,
vendrán las aladas hadas,
los espíritus del agua,
los geniecillos subterráneos
y te hablarán al oido,
cantarán para ti
canciones y arrullos de vida,
melodias de paz.

sábado, 23 de mayo de 2009

EL OLOR


- Aquí huele a madroño. ¿No lo notas?
- ¿A qué has dicho que huele?
- A madroño.
- Esto ya es el colmo; siempre obsesionada con el olor a tabaco de esta casa y ahora es a madroño. Además, ¿por qué sabes que es madroño? A lo que huele es a los litros de colonia que echas cada día para disimular el tabaco.
- ¡Y yo qué sé por qué a madroño! No es a colonia. Yo lo distingo. No puedo saber por qué a madroño. Apenas he visto alguno y nunca los he probado.
- Pues entonces déjate ya de olores. Cada día más maniática.
- No me jodas. Sí, maniática, sí, muy maniática. ¿Y qué? Ojalá no lo fuera. Pero te juro que huele a madroño. ¿No lo notas? ¿No notas un olor extraño en todas partes?
- Déjame. Tengo la cabeza embotada y me la estás poniendo peor. Si huele a madroño, pues vale, a madroño. Ponte a leer, haz algo, olvídate ya.

Salió de la habitación estudio donde estaban los dos y siguió el rastro del madroño, hociqueando por toda la casa como un sabueso, parándose en las esquinas, debajo de las camas, en la alacena, en el frigorífico. Olió los sofás, las cortinas, los edredones. Metió la nariz en cada hueco y en cada escondrijo; abrió cajas, revisó platos, vasos y cubiertos… A madroño. Definitivamente. Y una sensación de tormenta huracanada la hizo girar en su vórtice.

Se sentó en su sillón, encogida, acurrucada, fetal. Al rato un estruendo impredecible salió del techo, ya derrumbado, y, entre cascotes, cientos y cientos de madroños cayeron en tropel sobre el suelo, los muebles, sobre su cabeza, su cuerpo. Granizos enormes y frutales desparramando su olor.

Se levantó como pudo, espantada, todo el espanto reflejado en sus ojos que lloraban histéricos. Saltaba, se revolvía el pelo, tironeaba de su ropa, gritaba. Le gritaba a él.

- ¿Lo ves? ¿Lo ves ahora? Mis manías, Siempre mis manías. ¿Has visto esto?, dime ¿lo has visto? Mira el techo, los madroños. Huele, coño, huele. Dime ahora que no es verdad lo que notaba. Suplicante. ¿Qué ha pasado? Por favor, dime lo que ha pasado.

Las manos cada vez más agitadas, las cuerdas marcándose abultadas en el cuello a punto de estallar, los ojos bañados en sangre.
Dime, dime lo que pasa, por favor, por favor, por favor.

Ahora, cuando un vientecillo empieza a levantarse moviendo las ramas de los sauces e invitando a retirarse, ella sigue recordando todo, todo, en la clínica de reposo donde lleva internada más de quince días. En su cabeza, como golpes de martillo, unas palabras insistentes, tenaces, imborrables, se repiten compulsivas: "el oso y el madroño, el oso y…


marzo, 2009

viernes, 15 de mayo de 2009



No te equivoques.
Los fragmentos de esperanza que buscas
no son sino palabras de diccionario.
No la busques.
Simplemente no existe.
Si quieres,
lánzate al vértigo,
sumérgete en el fondo de las aguas,
rompe muros y cristales.
Desnúdate. Vive sin coartadas.
Pero no esperes nunca.
No esperes nada.
Aquello que ansías
es sólo el brillo engañoso
de una estrella que se apagó
hace miles de años.

miércoles, 13 de mayo de 2009




Soñé toda una larga noche,
extensa y dilatada,
que el reloj de arena se ponía horizontal.
El tiempo soñando; yo soñando el tiempo.
Al despertar, todos los relojes del mundo
empezaron a marcar el tic-tac de las horas.

martes, 12 de mayo de 2009



¿Has borrado ya, tiempo, la huella de ese parque donde siempre es otoño?
¿Quizá ya pasaste y te llevaste para siempre el otoño y el parque y hasta el momento en que yo lo vi por primera vez?

¿Cuándo?, preguntas.
Hace tiempo. Hace nada. Hace un segundo, Hace una eternidad.

lunes, 11 de mayo de 2009



Despierta.
No cierres los ojos al miedo
porque el miedo no eres
sino tú.
No lo dejes a un lado,
no trates de enterrarlo.
Míralo. Mírate.
No es otra cosa que tú.
Algún día pasearéis de la mano
y habrás aprendido
que mirarte es mirar sus ojos hermanos.

lunes, 4 de mayo de 2009

Si te enteras




Si te enteras, si buscas, si encuentras,
dime dónde está ese lugar
donde no existen las casas,
ni los quehaceres, ni las rutinas
ni los encargos.
dime dónde está.
Llévame.
Sólo un tiempo.
Un tiempo sin nadie que me reclame,
un tiempo sin relojes,
un tiempo sin teléfonos,
sin planes, sin prisas.
No quiero urgencias,
Lo necesario deja de serlo
porque no existe la necesidad.
Déjame que lo viva,
sólo un tiempo…
Lo demás ya vendrá
después de ese tiempo.
Déjame que cierre los ojos del alma,
deja que me trepanen la vida.
A medias, pero tranquila.
Que me injerten brotes de olvido,
que me inyecten lluvia destilada,
que me borren conciencias sin brillo,
que me dejen vivir en la ignorancia,
que no sepa,
que no recuerde, que me dejen la salida
de no encontrar más salidas.
Que me engañen. Que me duerman.
Dormir bajo un sauce la pura y absoluta ignorancia.
Creer que nunca he vivido.
Que me dejen.

Abril 2009.

domingo, 3 de mayo de 2009

Volveré ...

Volveré como los remolinos al viento,
me posaré en silencio en un agua mansa.
Mi boca no hablará
ni mis oídos escucharán.
Seré un cuerpo sin peso,
flotando mecida por aguas tranquilas.

Volveré como la ceniza que el viento arrastra,
cuerpo sin peso. Sin entidad.
No seré nada y así seré muchas cosas.
No renaceré, esplendorosa, como el ave Fénix,
seré pequeña, sin voz ni oído.
Seré pequeña como pequeño es lo que queda
tras arrancar la ganga al mineral.
Seré pequeña para transitar volando.
Agitaré mis brazos y nadie lo sabrá,
chuparé néctares metiendo mi lengua en las grietas de las rocas
y nadie me verá.
Subiré a los tejados, junto a los gatos,
y sólo el sol sabrá de mí.
Bajaré a las aceras y evitaré las suelas de los gigantes.

Seré pequeña.
Así volveré cuando, por fin,
los sueños se hayan gastado.

ZAXANAERCIS. Abril 2009

Para infinito rojo



Gracias por todo. Gracias por tu tiempo y tu amistad. Gracias por empezar a construirme este pequeño mundo y, sobre todo, gracias por tu generoso, y para mí, valiosísimo empeño en fabricarme una ilusión. Gracias. Infinitas gracias.

sábado, 25 de abril de 2009

El mar

Crece el mar decapitado.
Espumarajos verdes y negros
de algas y arenas asfixiadas.
Algodones púrpura y grises
bailan por encima su ritual danza
macabra.
Tormenta sin aire.
El pardo con el verde oscuro
y el negro con la sangre del rojo.
Peces agonizantes saltan las murallas
del agua acre y polvorienta.
Los corales del fondo se quiebran,
añicos de materia desintegrada.
El negro y el rojo sangre.
Vuelan las gotas de sal
como espumas enredadas
en madejas despedidas por la furia.

El mar crece ahora hacia dentro,
remolino descomunal que traga, insaciable.
El infierno ha abierto sus puertas
y el humo condensado de siglos
es engullido con alaridos de dolor.

Crece el mar sin cabeza
pintando todo de luz amarga y cenicienta.
Crece, grita sin cabeza
y hay un hedor de sustancia podrida,
podrida o tal vez muerta.


ZAXANAERCIS. Abril 2009

viernes, 24 de abril de 2009

Con los brazos enlazados...

Con los brazos enlazados
y las piernas enredadas, las mías y las tuyas,
con tu boca en mi pecho
y con mi boca en tu oído
te diré: trágame, trágame.
Pero no me dejes crecer ahí dentro y, sobre todo, nunca, nunca,
me dejes salir.

ZAXANAERCIS. Abril 2009

jueves, 23 de abril de 2009

Vida

Por las alas de las mariposas quiero vivir
Por el musgo de las piedras quiero vivir
Por la luz oscura de los otoños quiero vivir.

Por una senda que conduce al bosque quiero vivir
Por la madera desconchada de los árboles,
por la luna que mece mi cama,
por la locura embriagada de un vaso de alcohol,
por las voces, por los signos,
por las miradas fugaces,
por el tibio calor de los recuerdos,
por mis vidas pretéritas,
por una ventana abierta,
por las horas en penumbra,
por los sueños embalsamados,
por una sonrisa cómplice,
por una lágrima que lamer.
Por todo lo que sabe a saliva,
por todo eso
quiero vivir

viernes, 27 de marzo de 2009

Puedo imaginar...


http://infinitorojo.blogspot.com/2009_03_01_archive.html

Puedo imaginar una cueva protegida y una hembra antepasada empapando sus manos sumergidas en las entrañas de un animal recién cazado.
Cogió coágulos y los amasó y los extendió con cuidado por las paredes de piedra. Coció barros y arcillas y los mezcló con el calor de la sangre.
Contempló su obra: era el rojo, el fuego, la sangre.Adelantándose miles de años pintó algo que luego se llamó INSOMNIO. El rojo es eterno,la sangre y el fuego también. Aquella hembra y tú os habéis conocido en sueños.
Maravilloso. Infinitamente rojo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Despedida

Busco la maleta en silencio. Es media noche de luna escarchada.
Mi antigua maleta, la de mis antiguos viajes, ahora viajará
vacía. Miro en silencio lo que más importa, las mariposas, los cromos,
los cuadros, las postales, las fotografías, los libros, los brazaletes,
las cosas que encontré en la calle, el búho que siempre me miró, las
velas que aún no encendí, los folios que aún no escribí. Todo quedará
en los estantes y colgará de las paredes. Como siempre, para siempre.

En silencio, para no despertar corazones que duermen, para no desvelar
ojos que sueñan, para que aún no se note mi ausencia.

El silencio, mi cómplice. Camino despacio, descalza, sin luz, para no
sobresaltar cuerpos cansados. Déjalos reposar, de momento, en su
ignorancia.

Cierro puertas. Un vistazo rápido con el alma estrujada como un papel
que se tira. El agua en los ojos quiere aparecer. No la dejes.
Te traicionará. Ponte la venda en los ojos, no escuches las voces
ni las melodías. Te convertirás en estatua de sal. El río está ya
cerca y el susurro de su corriente se refugia en tus oídos.

De puntillas salgo despacio de las que fueron mis casas. En silencio.
Mientras bajo la escalera, una estela de sangre, la misma que
quedó dentro, va deslizándose tras de mí.

ZAXANAERCIS

jueves, 5 de marzo de 2009

Ya se hacia donde vuela...


http://misseres.blogspot.com/2009_03_01_archive.html

Ya sé hacia donde vuela. Vuela hacia ninguna parte. Va a tierras de caminos cortados y encrucijadas donde el polvo hará enrojecer sus ojos y permitirá las huellas de sus pisadas. Caminos de paso, sin meta.
Vuela hacia un lugar donde los espejos le devolverán su imagen extranjera. Vuela donde vuelan los que están solos: a una habitación de cama extraña donde posar una maleta casi vacía. Vuela hacia la angustia de la incertidumbre.

ZAXANAERCIS

viernes, 20 de febrero de 2009

Y quizás...


http://misseres.blogspot.com/2009_02_01_archive.html

Y quizás, simplemente, porque una gran parte de la vida no es para vivirla sino para soñarla, ella dice: 'quiero una eternidad de praderas verdes y laderas inclinadas por donde deslizarme girando hasta llegar al valle teñido de verde hierba y de rojo amapola. Deslizarme riendo, riendo como niña, como loca, como libre, como vacía y con el corazón latiendo valiente a golpes de pecho.
Necesito el aire, la brisa, el fuego, la tierra y un rayo de sol, un sol que me acaricie la cara, que me bañe y que me dore.
También necesito unos brazos abiertos en abrazo generoso. Abrazo de vida. Abrazo de aire. Abrazo de risas. Abrazo de brazos y manos que se quieren abrazar, viviendo'.