lunes, 11 de mayo de 2009



Despierta.
No cierres los ojos al miedo
porque el miedo no eres
sino tú.
No lo dejes a un lado,
no trates de enterrarlo.
Míralo. Mírate.
No es otra cosa que tú.
Algún día pasearéis de la mano
y habrás aprendido
que mirarte es mirar sus ojos hermanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente certero y fundamentado. De gran valor para quien lo lea.