domingo, 31 de mayo de 2009
Veo un cielo limpio
paseando por encima de los picachos.
Los árboles tienen la vida centenaria
de los sabios enraizados en la tierra.
El silencio te habla
si quieres escucharlo,
por entre los troncos y las piedras.
Un aire añejo y transparente
trae los ecos de la vida.
El verde te cubre,
confecciona un traje de hojas
para tu desnudez emocionada.
Los caminos están desiertos,
te esperan los recodos y la tierra virgen.
La genista llena tus ojos
de frutales matices amarillos.
Tus pisadas quedan enterradas para siempre
en el polvo y en la tierra sagrada.
Sagrado es el olor que todo lo envuelve.
Si te dejas,
si te abandonas,
vendrán las aladas hadas,
los espíritus del agua,
los geniecillos subterráneos
y te hablarán al oido,
cantarán para ti
canciones y arrullos de vida,
melodias de paz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario